Este nuevo inquilino de casa lo tropecé una de estas noches.
Compartimos espacio y lo he fichado como uno más del frente de esta guerra no química que mantengo con las cucarachas asquerosas, esos animalejos que pululan por nuestra ciudad.
Junto con nuestra vieja conocida Evania esta salamanquesa rosada, Hemidactylus turcicus, es uno de estos insecticidas naturales que incorporo dentro de mi nómina de laborales.