sábado, 31 de marzo de 2012

De El Zumacal al zumaque.

Mira por donde la búsqueda del zumaque o zumaquero, en el que tanto empeño lleva poniendo Antonio Benítez tiempo ha, abre múltiples puertas a la interpretación de una planta de la que tan solo conocía su nombre científico Rhus coriaria L.- y poco más.Todo empezó por darle significado al topónimo  El Zumacal. Lo hay en Valleseco y en Firgas. Y un Barranquillo del Zumaque en Santa Brígida.

También a explicar el porqué de la escasez actual de una planta tintórea, industrial, cultivada, explotada y cuya molienda se  comercializaba entre  archipiélagos ya desde el temprano siglo XVI -aquí es obligado  hacer mención de mi redescubrimiento del exrector de la ULPGC y Profesor Dr. Lobo Cabrera que tiene varias publicaciones sobre el tema-

De la búsqueda se me  aclara su escaso papel como invasora.  Al parecer esta planta de distribución asiático-mediterránea desde Tayikistán en el Este hasta toda el área mediterránea se comporta como unpost-pirofito que necesita para que germinen sus semillas temperaturas de 100-120 º C que rompan la testa de sus “roldas”- como se conocen sus drupas- que protegen a una sola semilla. Sus tonos rojizo-marrones atraen a las aves frugívoras que  dispersan sus diásporas por el territorio. De ahí el carácter ocasional y esporádico de su distribución. En el lugar que consigue germinar se extiende de modo vegetativo, siendo sus raíces estoloniferas las que reproducen genetas o clones de la especie en determinados lugares.
Aunque posee muchas utilidades tanto en la gastronomía como condimento o como especie de uso medicinal, su papel principal en la economía se lo dió desde antiguo  su aplicación como curtiente en el tratamiento de los cueros.

Y he aquí una de sus facetas atlánticas más curiosa.  El Profesor Lobo destaca su comercio entre  Madeira y Canarias, cuando se demandaba por curtidores y otros artesanos del cuero para curtir y colorear pieles quedando reflejadas múltiples referencias en protocolos notariales y documentos históricos. Exigía su  tratamiento la presencia de molinos o las tahonas de zumaque, pequeños molinos donde se trituraban las hojas para obtener un zumo que se añadía a la curtición de las pieles. Y la de nacientes y corrientes de agua o acequias donde limpiar y tratar los cueros.
La encontramos en el Barranco de Las Goteras y allí también la sitúan textos de Van Dame y del profesor Pedro Quintana que nos habla de su uso. Y otra referencia, Las Tenerías, ese término hoy casi olvidado que hace alusión a esos lugares malolientes donde se trajinaba con cueros y restos de animales haciendo engrudos, etc. como ya afirmase Sebastián Jiménez Sánchez  en un artículo publicado en el diario Falange sobre Las Tenerías de Las Palmas de Gran Canaria. 

De todos modos, escasas referencias a porqué El Zumacal tiene su nombre:
1) ¿Hubo allí cultivos de zumaque?, o ¿tal vez molinos?.
2) ¿Tendrá que ver con el otro zumaquero (Bencomia caudata Ait.)?
La belleza de las imágenes del zumaque en otoño con todas sus hojas rojas nos obligará a regresar en su búsqueda para  disfrutar de ese colorido espectáculo.

Parafraseando a Carlos Sobera se abren ..¡¡dos temas nuevos¡¡.
Ya comprobaremos....

Más info:

Lobo Cabrera,M., 1987. Canarias, Madeira y el zumaque."  Revista Islenha", 1, Funchal, pp. 13-18.


Lobo Cabrera, M., 2008. Las Palmas en el siglo XVI: una ciudad de artesanos







1 comentario:

Jesús Palenzuela Borges dijo...

Interesante usos del zumaque.
Gracias por compartir.

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