viernes, 6 de abril de 2012

Un humilde rapasayo.

Todo empezó por lo malita que estuvo nuestra amiga Mapi durante unas semanas a costa de un resfriado que se cogió por las calles de Las Palmas por mor de cumplir con un curso de formación.
 Yo no sé donde fue pero seguro que lo agarró  al cruzar por una de esas malditas “calles cañón” que tanto jorobaban a Pepe Monagas y que le obligaban a “jaser” lo peor que le puee pasar a  un hombre:  “ir al méico cuando hasta el ron le fallaba”.

Lean si no el cuento "De cuando Pepe Monagas trincó, en una calle cañón, un catarro de tirafondo" (el número 14 de esta edición):
“De vez en cuando se levanta del Confital una brisita liviana, remonta como una cometa Las Escaleritas y San Lázaro y con paso de gato arrima a los pasajes esos.”

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Compartir